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MENSAGEM

El led, la nueva cultura de la iluminación

La nueva cultura de la iluminación se basa en los principios de sostenibilidad, rendimiento, resistencia y durabilidad. Su principal referente es la Tecnología Led; hacemos un repaso a su historia y cómo han ido evolucionando.


La nueva cultura de la iluminación no puede explicarse sin referirnos a la iluminación sostenible de la tecnología led. Su bajo consumo, versatilidad y sostenibilidad son los pilares de este nuevo paradigma. De hecho, ofrece unas óptimas prestaciones en todo tipo de aplicaciones.
 

Cómo surge la tecnología led

Led significa light emitting diode o diodo emisor de luz. Este sistema de iluminación se remonta a hace más de un siglo, aunque muchos lo consideran reciente. La razón para ello, seguramente, es que su comercialización ha ido creciendo desde finales de los años noventa del pasado siglo. Empezó a expandirse con la proliferación del led blanco.

Entre sus primeros usos comerciales estuvieron las luces de señalización y los indicadores de funcionamiento de los electrodomésticos. En 1994 se obtuvo el primer led azul de alta luminosidad. Este descubrimiento supuso la concesión del Premio Nobel de Física para su autor, Shūji Nakamura, junto con sus colaboradoras Isamu Akasaki e Hiroshi Amano, ya en el año 2014. Desde 1997 se distribuye comercialmente el led blanco.

En sus inicios, no tenía demasiadas aplicaciones prácticas. No obstante, se ha ido desarrollando hasta convertirse en una opción de iluminación sostenible y eficiente.

Cuál es el secreto de esta tecnología

Con la proliferación de este sistema, los dispositivos se han ido abaratando. Cada vez son más accesibles desde el punto de vista económico. Además, su rentabilidad es alta, dada su durabilidad, resistencia, rendimiento y escasa necesidad de mantenimiento. De hecho, es una fuente de luz amortizable rápidamente.

El secreto está en su tecnología, que se basa en un semiconductor. Aplicamos a los extremos del dispositivo una tensión o voltaje. Los electrones llegan de la fuente de suministro de corriente directa (CD) e inician su flujo recorriendo el diodo.

La luz se produce gracias a la energía sobrante que se necesita para traspasar la barrera de potencial. De esta manera, se convierte en energía electromagnética. Al liberarse, lo hace como fotón de luz. El color de la luz varía según el material del semiconductor. Puede ser azul, infrarrojo, verde o, por ejemplo, ultravioleta. Dicho material puede ser, entre otros, galio, aluminio o indio. Conseguimos la luz blanca al unir ledes verdes, rojos y azules. La forma más habitual en aplicaciones luminotécnicas es añadir fósforo para transformar el azul en blanco.
 

¿Es cierto que este tipo de luz no desperdicia energía?

Los diodos emisores de luz emplean tecnología de generación de luz fría. La mayor parte de la energía se transforma en luz que se produce casi en su totalidad dentro del espectro visible del ojo humano. Por lo tanto, los ledes no desperdician energía produciendo luz que no se puede ver. En comparación, la mayor parte de la energía de una lámpara incandescente se encuentra en la parte infrarroja (o no visible) del espectro. Como resultado, tanto las lámparas de incandescencia como las fluorescentes o las de descarga, producen proporcionalmente una cantidad de calor bastante mayor que las led.

Además de producir luz “fría”, los ledes:

  • Se pueden alimentar con un paquete de baterías portátiles o incluso con un panel solar.
  • Se pueden integrar dentro de un sistema de control.
  • Son de tamaño pequeño y resistentes a vibraciones y golpes.
  • Tienen un "tiempo de encendido" muy rápido (60 nseg frente a 10 mseg para una lámpara incandescente).
  • Tienen una buena resolución de color y presentan un riesgo de descarga bajo o nulo.
     

En qué se utilizan las luminarias de ledes

Sus aplicaciones se han ido extendiendo, para dar lugar a dispositivos de uso industrial, doméstico, en oficinas o en todo tipo de instalaciones. Ámbitos como el de los centros sanitarios, aeropuertos, carreteras, automoción o publicidad son algunos de los que han acogido esta tecnología. Contribuyen a generar energía limpia, sostenible y de bajo coste.

De hecho, está considerada como la iluminación sostenible del futuro. Entre las razones para que esto sea así están las siguientes:

Bajo consumo

Los niveles de ahorro con respecto a otros sistemas alcanzan porcentajes que rondan, o a veces superan, el 80 %. El precio de los dispositivos es más caro que el de los halógenos o fluorescentes. No obstante, su tasa de amortización es muy superior, por lo que a la larga resultan más económicos.

Larga duración

Su vida media oscila dependiendo de su sistema de gestión térmica pero ya hay dispositivos con una vida superior a las 100.000 horas, dentro de un margen de depreciación del flujo luminoso razonable de un 80%. Todo depende de la calidad del dispositivo, aunque siempre es una duración larga.

Sistema ecológico

Esta es la opción más sostenible y ecológica. Los sistemas anteriores eran mucho más contaminantes. Además, las luminarias ledes no incluyen mercurio ni otros materiales tóxicos. Sumado a esto, no emiten rayos infrarrojos ni UV.

Encendido rápido

Las luminarias ledes tardan menos tiempo en encenderse que las incandescentes o las halógenas. Además, podemos encenderlas y apagarlas cuanto queramos sin que eso suponga una reducción de la vida útil.

Resistencia

Soportan muy bien los golpes o las condiciones atmosféricas adversas.

Por todas estas razones, la tecnología led abandera la nueva cultura de la iluminación sostenible, asequible, duradera y de alta calidad. Todas sus cualidades la convierten en una solución ganadora por su bajo consumo, resistencia y rendimiento. Si deseas más información sobre dispositivos que usan esta tecnología, ponte en contacto con nosotros.

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