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Movilidad
feb. 2024
Ciudades inteligentes y coches conectados: las innovaciones que tendremos en 5 años
Tiempo de lectura: 3 min.

Las ciudades inteligentes del futuro estarán pobladas de coches eléctricos, conectados y autónomos, en los que probablemente la gran mayoría se utilizarán para compartir. La conciencia ecológica cada vez mayor de los consumidores y las innovaciones tecnológicas derivadas de la conectividad generalizada, están causando una profunda transformación en el sector del automóvil, donde surge una nueva forma de movilidad futurista caracterizada por coches ecológicos y con un mayor nivel de equipamiento. Por otro lado, en el ámbito de la automatización y la conectividad, el propio concepto de coche privado está cambiando y se está extendiendo cada vez más un ecosistema de servicios de transporte flexibles.

 

 

Hacer "E-lleno" en pocos minutos

La reconversión del parque automovilístico hacia la electrificación es ya un hecho. En resumidas cuentas, hay tres elementos que todavía impiden a los conductores comprar un coche eléctrico: el precio de adquisición, que actualmente es significativamente más alto que el de un coche con motor de combustión; la escasa cobertura de las infraestructuras de recarga y la autonomía. Este último elemento en particular, pronto pasará a ser secundario: los principales fabricantes de baterías del mundo están trabajando para aumentar la capacidad de las baterías y, sobre todo, para acelerar el proceso de carga. Nadie hoy en día le da importancia a la autonomía de un coche térmico, porque saben que puede parar en cualquiera de las múltiples gasolineras de nuestro entorno para repostar en apenas unos minutos. Los tiempos de carga de las baterías de próxima generación son del orden de 10 minutos, sustancialmente comparables a los de un repostaje tradicional y esto también afectará a la infraestructura de carga: tiempos de "repostaje" más rápidos permitirán de hecho una mayor rotación en los puntos de carga existentes.

 

 

Utilizar los coches eléctricos para el equilibrio de la red

Un aspecto quizás menos importante para el consumidor final pero imprescindible para las administraciones públicas y los gestores de las redes eléctricas será la posibilidad de utilizar el coche eléctrico como una suerte de acumuladores de energía generalizados que permitirán gestionar los picos de demanda. Es una realidad que sean eléctricos o no, los coches se pasan la mayor parte del tiempo estacionados. Durante el día, cuando quiera que la red eléctrica necesite más energía para dar a los hogares y actividades productivas, será posible aprovechar la acumulada en las baterías de los coches eléctricos conectados a las estaciones de carga. Por la noche, por el contrario, cuando la red es más débil, la energía se dedicará de manera más eficiente a cargar los automóviles. Evidentemente, esto no significa que al conectar su coche eléctrico a una estación de carga durante el día, el coche se descargará inmediatamente a cero: en realidad estamos hablando de un sistema generalizado en el que cada coche aportará su contribución infinitesimal.

 

 

Coche compartido semi autónomo

Uno de los elementos que más impactará en la movilidad urbana en los próximos años será la conducción autónoma, o más bien la semiautónoma, aplicada al uso compartido. Esta herramienta que está cambiando día a día la movilidad en los grandes centros urbanos del mundo dará un increíble salto de calidad en cuanto sea posible hacer que los coches se muevan de forma semiautónoma. No estamos hablando de conducción autónoma propiamente dicha sino de un movimiento lento, extremadamente controlado, reservado para determinadas rutas urbanas y quizás sólo en determinados momentos. ¿Por qué será tan importante este paso? Porque nos permitirá superar la que hoy es la mayor limitación del carsharing: la disponibilidad de vehículos en el momento y lugar donde se necesitan. La ubicación de los vehículos en la actualidad sigue flujos que llevan a que su disponibilidad se concentre en determinadas zonas y en determinados momentos, generando huecos en la cobertura. Con coches capaces de redistribuirse de forma autónoma según la demanda, el coche compartido será realmente un sistema capaz de sustituir a la mayoría de los vehículos en propiedad e integrarse plenamente con el transporte público, al menos en los grandes centros urbanos.

 

 

Un nuevo sonido

La movilidad eléctrica tiene entre sus ventajas la de ser extremadamente silenciosa y esto conlleva una especie de paradoja: los fabricantes de automóviles hoy ya no trabajan para eliminar el ruido dentro del habitáculo, sino que estudian cómo introducir sonidos personalizados para dotar a los nuevos coches de una especie de “firma” acústica. Varios coches eléctricos ofrecen una secuencia de bienvenida al conductor, efectos vinculados a acontecimientos individuales en el interior del habitáculo y diversos sonidos de aviso para los peatones: dinámicos, relajantes e incluso futuristas. Puede parecer un aspecto trivial, pero basta pensar en el sonido de inicio del PC y en lo reconocible que se ha vuelto para comprender el significado de esta pequeña "revolución".

 

El aspecto más curioso está relacionado con el potencial futuro y la posible personalización: la interfaz hombre-máquina basada en sonido complementa, con una dimensión acústica, los sistemas interactivos ya existentes.

 

En definitiva, las ciudades inteligentes del futuro verán en sus calles coches eléctricos conectados y silenciosos, capaces de recoger al cliente en casa y conducirle hasta su destino eligiendo las vías menos transitadas. Puede parecer una visión de un futuro lejano, pero todas estas soluciones y tecnologías ya existen y sólo hay que crear las condiciones adecuadas para que se difundan a gran escala.

 

 

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