La vida útil de los vehículos eléctricos es más larga que la de los convencionales. La causa de esto es el menor desgaste de sus piezas, que hace que duren más. No obstante, llega un momento en el que su rendimiento baja con intensidad debido al uso continuado. Es entonces cuando se plantea su reciclaje como fórmula de gestión de residuos alineada con criterios medioambientales y de sostenibilidad. Ahí surge una pregunta clave: ¿qué hacer con las baterías y los materiales de los que se componen?
Materiales de fácil reciclaje
Para entender cómo reciclar la batería de un vehículo eléctrico hay que conocer de qué se compone. Combina materiales como el litio, el cobalto, el níquel y el aluminio. Algunos tienen un alto valor y, por suerte, muchos son reciclables. El método para que pasen a ser materiales reciclados ha de comenzar por la desinstalación segura. Posteriormente, se clasifican los componentes para su procesamiento..
Pese a todo, hay una serie de inconvenientes. Aunque la tecnología en este ámbito avanza a pasos agigantados, en la actualidad, el reciclaje de baterías de vehículos eléctricos presenta retos de calado. Para empezar, cada fabricante las construye y sella de una forma específica. Esto dificulta enormemente la estandarización de su procesado una vez que han terminado su ciclo de vida útil.
Por otro lado, solo el reciclaje del cobalto se considera viable en términos económicos. El litio, el manganeso y el níquel son materiales valiosos, pero reciclarlos es muy caro y no resulta rentable.
La producción a gran escala y la innovación en este terreno hacen prever que pronto se encontrarán soluciones para lograr esa rentabilidad. A eso hay que añadir los métodos que se usan, que recurren a dos enfoques principales. Son los siguientes:
Los retos más destacados que existen ante esa situación son:
Todo ello requiere trabajo en común, inversiones y aportaciones innovadoras por parte de los sectores implicados en la fabricación, distribución y comercialización.
¿Se pueden reutilizar?
Una de las buenas noticias en este sentido es que la reutilización de las baterías de vehículos eléctricos se presenta como una alternativa factible. A pesar de que con el tiempo pueden experimentar una disminución de su capacidad, es plausible que todavía conserven energía para aplicaciones menores. Por ejemplo, pueden usarse en el almacenamiento de energía en sistemas residenciales o comerciales.
Esta reutilización extiende la vida útil de las baterías y disminuye la necesidad de producir nuevas unidades. Esto contribuye al ahorro de recursos y una reducción de la huella de carbono.
Adicionalmente, la industria automovilística está investigando la opción de reacondicionar las baterías usadas. Esto implicaría la sustitución de módulos que presenten fallos o desgaste, de manera que continúen en el sistema y puedan aprovecharse.
Economía circular y movilidad eléctrica
El reciclaje y la reutilización de baterías de coches eléctricos desempeñan un papel crucial en la economía circular y la movilidad eléctrica sostenible. Esto se alinea, a su vez, con los objetivos de descarbonización, el ahorro energético y la lucha contra el cambio climático y el calentamiento global. Por lo tanto, aspectos como estos tienen una importancia crucial. De ello depende, no solo el futuro del sector del automóvil, sino el de toda la sociedad y la naturaleza en general.
Al reciclar estos componentes, se reduce la demanda de materias primas y se minimiza la cantidad de residuos tóxicos en los vertederos. Esto, también contribuye a la conservación de los recursos naturales y reduce la contaminación ambiental.
Además, la movilidad eléctrica se beneficia de un círculo virtuoso. Esto es, que a medida que más vehículos eléctricos salen a la circulación, más disponibilidad hay de baterías usadas para reciclar o reutilizar.
En la Unión Europea ya se toman medidas para regular la gestión de los vehículos al final de su vida útil. Países de todo el mundo también están dando pasos en esa misma dirección. Esto incluye la implantación de directrices y consideraciones sobre el reciclado y el tratamiento de residuos, además de medidas de incentivo para la innovación.
En definitiva, el reciclaje de las baterías de coches eléctricos es cada día más común, barato y sencillo. No obstante, aún son muchos los desafíos a los que se enfrentan los fabricantes para lograr la optimización de los métodos. La innovación y la inversión son claves para encontrar nuevas fórmulas respetuosas con el medioambiente y alineadas con criterios de economía circular. Si desea más información sobre vehículos eléctricos, puntos de recarga o reciclaje de baterías, puede ponerse en contacto con Gewiss. Le asesoraremos y le propondremos soluciones de recarga, ahorro y eficiencia energética.
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