Entre 2020 y 2021, el número de coches eléctricos matriculados en el mundo se duplicó, alcanzando más de 6 millones de unidades. La autonomía de los coches y los tiempos de carga son los principales obstáculos a la difusión de estos vehículos.

A pesar de los conflictos geopolíticos y de la crisis de los chips, en 2022 se vendieron, en el primer trimestre, un total de 2 millones de vehículos eléctricos, un 75% más que el año anterior. Sin embargo, persiste una duda constante que aqueja a los automovilistas: ¿Son realmente eficientes las baterías de los coches eléctricos? ¿Cuánta autonomía tiene un coche eléctrico?

A continuación, indicamos la autonomía de los coches con motor de combustión y motor eléctrico:

● Un coche de gasolina puede recorrer entre 650 y 1.300 km con el depósito lleno;

● Un vehículo con motor diésel recorre de 1.000 a 1.300 km con el depósito lleno;

● Los coches híbridos enchufables pueden circular entre 50 y 80 km antes de quedarse sin batería por completo;

Un coche totalmente eléctrico dificilmente supera los 300 kilómetros con una carga completa, aunque ahora existen modelos con múltiples baterías que aumentan las distancias de viaje, con una carga completa, hasta los 500 kilómetros.

Entre los problemas críticos más evidentes de los coches eléctricos , en los que los fabricantes están trabajando con atención, está la lentitud de carga de los coches, debida principalmente a los modelos de estaciones de carga actualmente instaladas en la mayoría de nuestras ciudades, y el carácter limitado de las baterías, que no permiten alcanzar las distancias recorridas por los coches con motor de combustión después de tener el depósito lleno de combustible.

Para lograr tales resultados, actualmente se necesitarían paquetes de baterías de gran tamaño, lo que haría que el coche fuera más pesado y su mantenimiento más engorroso.

Las baterías son el principal obstáculo para la adopción generalizada de los vehículos eléctricos: los conductores son conscientes de su estado actual, todavía demasiado ineficiente y con capacidad reducida.

Hoy en día, hay muchos esfuerzos por parte de los fabricantes dedicados al desarrollo de baterías mejores y más económicas, con un ciclo de vida más largo y mayor capacidad. Por ejemplo, se están probando nuevas tecnologías: iones de litio, iones de sodio, baterías de estado sólido.

Los primeros ofrecerían una serie de ventajas como mayor seguridad y también ligereza, menor precio - porque se producirán en formato estándar para un mayor número de vehículos -, tolerancia a la temperatura, menor tiempo de carga y más capacidad.

La batería de sodio-azufre es otro tipo de batería en desarrollo que promete una alta densidad de potencia, un ciclo de vida de más de diez años y sobre todo, una mayor eficiencia (hasta un 90%).

Finalmente, la última opción que actualmente está dando excelentes resultados en fase experimental es la batería de estado sólido, que soluciona los principales problemas de las baterías actualmente muy extendidas en los vehículos eléctricos, por tanto transmisión limitada, baja tolerancia a agentes externos, corta vida útil y elevados costes. .

Probablemente, se estima que en unos 3 años podremos disfrutar de baterías más duraderas y funcionales. Será entonces cuando podremos esperar una transmigración completa hacia la movilidad de impacto cero.