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CIUDADES INTELIGENTES Y COCHES CONECTADOS: LAS INNOVACIONES QUE TENDREMOS EN 5 AÑOS
Scooters, bicicletas eléctricas, coches eléctricos y patinetes eléctricos están acelerando cada vez más en las carreteras de las grandes ciudades, cambiando estructuralmente la movilidad urbana, haciéndola más eficiente y sostenible.
Las ciudades inteligentes del futuro estarán pobladas por coches eléctricos, conectados y autónomos. Y probablemente la gran mayoría serán de uso compartido. La creciente conciencia ecológica de los consumidores y las innovaciones tecnológicas derivadas de la conectividad están llevando al sector de la automoción a una profunda transformación: por un lado, está surgiendo una nueva movilidad del futuro, caracterizada por automóviles ecológicos, equipados con niveles crecientes de automatización y conectividad, por otro lado, el concepto mismo de automóvil privado está cambiando y un ecosistema de servicios de transporte flexibles se está extendiendo cada vez más.
HACERSE UN "LLENO" EN POCOS MINUTOS
La conversión de la flota circulante hacia la electrificación es ya un hecho. Los elementos que aún impiden a los automovilistas comprar un coche eléctrico son básicamente tres: el coste de compra, en estos momentos muy superior al de un coche con motor térmico; la baja difusión de las infraestructuras de carga y la autonomía. En particular, este último elemento pronto tendrá una importancia secundaria: los mayores fabricantes de baterías del mundo están trabajando no solo para aumentar la capacidad de las baterías, sino sobre todo para acelerar su recarga. Nadie hoy en día le da importancia a la autonomía de una máquina térmica, porque sabe que puede detenerse básicamente en cualquier lugar para llenarse en pocos minutos. Los tiempos de carga de las baterías de próxima generación son del orden de 10 minutos, sustancialmente comparables a los de un repostaje y esto también tendrá un impacto en la infraestructura de carga: los tiempos de "repostaje" más rápidos permitirán de hecho una mayor rotación en los puntos de carga existentes.
COCHES ELÉCTRICOS UTILIZADOS PARA EL EQUILIBRIO DE LA RED
Quizás un aspecto menos importante para el consumidor final pero imprescindible para las administraciones públicas y los operadores de la red eléctrica será la posibilidad de utilizar los coches eléctricos como una especie de acumuladores de energía generalizados que permitirán gestionar los picos de demanda. Ya sean eléctricos o no, los automóviles continuarán estacionados la mayor parte del tiempo. Durante el día, cuando la red eléctrica necesite más energía para dar a los hogares y a las actividades productivas, podrá aprovechar la acumulada en las baterías de los coches eléctricos conectados a las estaciones de carga. Por la noche, sin embargo, cuando la red está más descargada, la energía se dedicará de manera más eficiente a la carga de automóviles. Obviamente esto no quiere decir que al conectar tu coche eléctrico a una columna durante el día, el coche se descargará inmediatamente a cero: estamos hablando de un sistema generalizado donde cada coche dará su propia contribución infinitesimal.
COCHE COMPARTIDO SEMIAUTÓNOMO
Uno de los elementos que más impactará en la movilidad urbana en los próximos años será la conducción autónoma, o más bien semiautónoma, aplicada al sharing. Esta herramienta que está cambiando la movilidad en los principales centros urbanos del mundo día a día dará un increíble salto de calidad en cuanto sea posible hacer que los coches se muevan de forma semiautónoma. No estamos hablando de una conducción autónoma real, sino de un movimiento lento, extremadamente controlado, reservado para algunas rutas de la ciudad y tal vez solo en ciertos momentos. ¿Por qué será tan importante este paso? Porque nos permitirá superar lo que hoy es el mayor límite del car sharing: la disponibilidad de vehículos en el momento y lugar donde se necesitan. El posicionamiento de los vehículos hoy en día sigue flujos que llevan a concentrar su disponibilidad en algunas áreas en ciertos momentos, creando agujeros de cobertura. Con los coches capaces de redistribuirse de forma autónoma en función de la demanda, el coche compartido será realmente un sistema capaz de sustituir la mayoría de los medios propios e integrarse plenamente con el transporte público, al menos en los grandes núcleos urbanos.
UN NUEVO SONIDO
La movilidad eléctrica tiene entre sus ventajas la de ser extremadamente silenciosa y esto trae consigo una especie de paradoja: los fabricantes de automóviles hoy en día ya no trabajan para eliminar el ruido dentro del habitáculo, sino que estudian cómo introducir sonidos personalizados para equipar a los coches nuevos con una especie de "firma" acústica. Varios coches eléctricos ofrecen una secuencia de bienvenida para el conductor, efectos relacionados con eventos individuales dentro del habitáculo y diversos sonidos de advertencia para los peatones: dinámicos, relajantes e incluso futuristas. Puede parecer un aspecto trivial pero basta con pensar en el sonido de arranque del PC, y lo reconocible que se ha vuelto, para entender el alcance de esta pequeña "revolución".
El aspecto más curioso está ligado al potencial futuro y a la posible personalización: la interfaz hombre-máquina basada en sonido completo, con dimensión acústica, de los sistemas interactivos ya existentes.
Las ciudades inteligentes del futuro, en definitiva, verán en sus calles coches eléctricos conectados, silenciosos, capaces de recoger al cliente en casa y conducirlo a su destino eligiendo las carreteras menos transitadas. Puede parecer una visión de futuro lejano, pero todas estas soluciones y tecnologías ya son posibles y solo hay que crear las condiciones adecuadas para que se propaguen a gran escala.